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sábado, 16 de julio de 2011

MINICUENTOS PARA NIÑOS PEQUEÑOS por Any Carmona

Tom, el perro Maltés

El perro lanudo saltó sobre la verja. Fue al ver que su amita llegaba luego de estar ausente un tiempo muy largo. Saltó con cierta pesadez pues su pelaje espumoso, blanco, recién lavado y peinado, hacía dificultoso el salto. Se esforzó tomando carrera unos cuantos metros atrás. Envalentonado por su amor incomparable hacia ella, un amor gigante que abarcaba toda su existencia, tomó aliento, se posicionó y se largó en veloz carrera. Un, dos, tres, cuatro y…¡arriba!...Saltó la verja mientras la sonrisa de su dueña llenaba de sol la vida de Tom, un Maltés superinteligente que ahora se regodeaba en lamer con su gran lengua rosada y babosa, esas mejillas regordetas que le retribuían con el mismo amor.
-         He regresado por ti, amigo…¡jajaja! – gritó la niña – Pero basta ya…¡jajaja!... ¡Que me haces cosquillas!
-         ¡Guau, guau, guau! - Contestó Tom.
Y nunca más se volvieron a separar.

Un ratoncito picarón

El gato entró corriendo. Corre que te corre detrás del ratón. Ese  travieso ratón que siempre jugaba a las escondidas con él.
Su cuerpo tenso y sus músculos avezados daban cuenta de su destreza para la caza. Los pelos crispados, las garras preparadas, iba corriendo a toda velocidad, al ratoncito que por enésima vez, desapareció de su vista.
¡Qué frustración, la del feroz gato, qué risa la del pícaro ratón!

Un ejemplo de araña

La ranita  croaba en el medio del estanque. Abría su boca muy grande y decía ¡Croac, croac, croac! Sus amigas las chicharras no se quedaban atrás. Desde el borde de unas ramas les contestaban ¡Cric, cric, cric! Y más allá las libélulas desplegaban sus alas de tul, haciendo vuelos rasantes y apantallando a las ranitas.
Pero en una esquina había una arañita que colgaba desde su tela y muy simpática decía:
-         En este charco yo soy la única reina.
-         ¿Ah, si? – le contestó la ranita – ¿Y por qué?
-         Pues porque soy la única que trabajo mientras ustedes haraganean. Se la pasan cantando, volando y no hacen nada productivo, en cambio yo… - Fanfarroneaba la araña.
-         ¿Y qué ganancia sacarás con eso? – Dijo una libélula.
-         Con mi ejemplo de trabajo, abnegación y coraje seré la única que con el tiempo, sea digna de gobernar a todos los seres vivos del estanque.
Y todos los bichitos se quedaron pensando.


ANY CARMONA
www.tusprimerasletras.blogspot.com


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