TRIBUNA DE LECTORES Y ESCRITORES / Si querés colaborar con noticias y fotos o verter tu opinión, dejá tus comentarios o escribinos / periodicoquincenal@hotmail.com

sábado, 29 de junio de 2013

A LA DERIVA - UN CUENTO DE HORACIO QUIROGA

El hombre pisó algo blanduzco, y en seguida sintió la mordedura en el pie. Saltó adelante, y al volverse con un juramento, vió una yararacusú que arrollada sobre sí misma esperaba otro ataque.
El hombre echó una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban dificultosamente, y sacó el machete de la cintura. La víbora vió la amenaza, y hundió más la cabeza en el centro mismo de su espiral; pero el machete cayó de plano, dislocándole las vértebras.
El hombre se bajó hasta la mordedura, quitó las gotitas de sangre, y durante un instante contempló. Un dolor agudo nacía de los dos puntitos violeta, y comenzaba a invadir todo el pie. Apresuradamente se ligó el tobillo con su pañuelo y siguió por la picada hacia su rancho.
El dolor en el pie aumentaba, con sensación de tirante abultamiento, y de pronto el hombre sintió dos o tres fulgurantes puntadas que como relámpagos habían irradiado desde la herida hasta la mitad de la pantorrilla. Movía la pierna con dificultad; una metálica sequedad de garganta, seguida de sed quemante, le arrancó un nuevo juramento.
Llegó por fin al rancho, y se echó de brazos sobre la rueda de un trapiche. Los dos puntitos violeta desaparecían ahora en la monstruosa hinchazón del pie entero. La piel parecía adelgazada y a punto de ceder, de tensa. Quiso llamar a su mujer, y la voz se quebró en un ronco arrastre de garganta reseca. La sed lo devoraba.
--¡Dorotea!--alcanzó a lanzar en un estertor.--¡Dame caña!
Su mujer corrió con un vaso lleno, que el hombre sorbió en tres tragos. Pero no había sentido gusto alguno.
--¡Te pedí caña, no agua!--rugió de nuevo.--¡Dame caña!
--¡Pero es caña, Paulino!--protestó la mujer espantada.
--¡No, me diste agua! ¡Quiero caña, te digo!
La mujer corrió otra vez, volviendo con la damajuana. El hombre tragó uno tras otro dos vasos, pero no sintió nada en la garganta.
--Bueno; esto se pone feo--murmuró entonces, mirando su pie lívido y ya con lustre gangrenoso. Sobre la honda ligadura del pañuelo, la carne desbordaba como una monstruosa morcilla.
Los dolores fulgurantes se sucedían en continuos relampagueos, y llegaban ahora a la ingle. La atroz sequedad de garganta que el aliento parecía caldear más, aumentaba a la par. Cuando pretendió incorporarse, un fulminante vómito lo mantuvo medio minuto con la frente apoyada en la rueda de palo.
Pero el hombre no quería morir, y descendiendo hasta la costa subió a su canoa. Sentóse en la popa y comenzó a palear hasta el centro del Paraná. Allí la corriente del río, que en las inmediaciones del Iguazú corre seis millas, lo llevaría antes de cinco horas a Tacurú-Pucú.
El hombre, con sombría energía, pudo efectivamente llegar hasta el medio del río; pero allí sus manos dormidas dejaron caer la pala en la canoa, y tras un nuevo vómito--de sangre esta vez--dirigió una mirada al sol que ya trasponía el monte.
 La pierna entera, hasta medio muslo, era ya un bloque deforme y durísimo que reventaba la ropa. El hombre cortó la ligadura y abrió el pantalón con su cuchillo: el bajo vientre desbordó hinchado, con grandes manchas lívidas y terriblemente dolorido. El hombre pensó que no podría jamás llegar él solo a Tacurú-Pucú, y se decidió a pedir ayuda a su compadre Alves, aunque hacía mucho tiempo que estaban disgustados.
La corriente del río se precipitaba ahora hacia la costa brasileña, el hombre pudo fácilmente atracar. Se arrastró por la picada en cuesta arriba, pero a los veinte metros, exhausto, quedó tendido de pecho.
--¡Alves!--gritó con cuanta fuerza pudo; y prestó oído en vano.
--¡Compadre Alves! ¡No me niegue este favor!--clamó de nuevo, alzando la cabeza del suelo.--En el silencio de la selva no se oyó un solo rumor. El hombre tuvo aún valor para llegar hasta su canoa, y la corriente, cogiéndola de nuevo, la llevó velozmente a la deriva.
El Paraná corre allí en el fondo de una inmensa hoya, cuyas paredes, altas de cien metros, encajonan fúnebremente el río. Desde las orillas bordeadas de negros bloques de basalto, asciende el bosque, negro también. Adelante, a los costados, detrás, la eterna muralla lúgubre, en cuyo fondo el río arremolinado se precipita en incesantes borbollones de agua fangosa. El paisaje es agresivo, y reina en él un silencio de muerte. Al atardecer, sin embargo, su belleza sombría y calma cobra una majestad única.
El sol había caído ya cuando el hombre, semi-tendido en el fondo de la canoa, tuvo un violento escalofrío. Y de pronto, con asombro, enderezó pesadamente la cabeza: se sentía mejor. La pierna le dolía apenas, la sed disminuía, y su pecho, libre ya, se abría en lenta inspiración.
El veneno comenzaba a irse, no había duda. Se hallaba casi bien, y aunque no tenía fuerzas para mover la mano, contaba con la caída del rocío para reponerse del todo. Calculó que antes de tres horas estaría en Tacurú-Pucú.
El bienestar avanzaba, y con él una somnolencia llena de recuerdos. No sentía ya nada ni en la pierna ni en el vientre. ¿Viviría aún su compadre Gaona en Tacurú-Pucú? Acaso viera también a su ex-patrón míster Dougald, y al recibidor del obraje.
¿Llegaría pronto? El cielo, al poniente, se abría ahora en pantalla de oro, y el río se había coloreado también. Desde la costa paraguaya, ya entenebrecida, el monte dejaba caer sobre el río su frescura crepuscular, en penetrantes efluvios de azahar y miel silvestre. Una pareja de guacamayos cruzó muy alto y en silencio hacia el Paraguay.
Allá abajo, sobre el río de oro, la canoa derivaba velozmente, girando a ratos sobre sí misma ante el borbollón de un remolino. El hombre que iba en ella se sentía cada vez mejor, y pensaba entretanto en el tiempo justo que había pasado sin ver a su ex-patrón Dougald. ¿Tres años? Tal vez no, no tanto. ¿Dos años y nueve meses? Acaso. ¿Ocho meses y medio? Eso sí, seguramente.
De pronto sintió que estaba helado hasta el pecho. ¿Qué sería? Y la respiración también...
Al recibidor de maderas de míster Dougald, Lorenzo Cubilla, lo había conocido en Puerto Deseado, un viernes santo... ¿Viernes? Sí, o jueves...
El hombre estiró lentamente los dedos  de  la mano.

--Un jueves... Y cesó de respirar.

HORACIO QUIROGA

jueves, 27 de junio de 2013

CARTAS A UN JOVEN POETA DE RAINER MARIA RILKE - Entrega III




Viareggio, cerca de Pisa (Italia), a 23 de abril de 1903
Me ha causado gran alegría, estimado y distinguido señor, con su carta de Pascua, que me revela lo mucho de bueno que tiene usted. La forma en que me habla del grande y dilecto arte de Jacobsen me demuestra que no estuve desacertado al querer encaminar su vida, con sus múltiples problemas, hacia esa fuente de riqueza y plenitud.
Ante usted abrirase ahora Niels Lyhne, libro lleno de maravillas y de honduras. Cuanto más se lee, más parece que todo está contenido en él: desde el perfume más sutil de la vida, hasta el rico e intenso sabor de sus frutos más grávidos. Ahí no hay nada que no haya sido captado, comprendido, sentido. Nada que no haya sido descubierto y reconocido entre las trémulas resonancias del recuerdo. Ningún suceso vivido, por insignificante que parezca, es tenido en poco. El más pequeño lance, el episodio más
insignificante que parezca, es tenido en poco. El más pequeño lance, el episodio más nimio, se desarrolla cual si fuese todo un destino. Y hasta el destino mismo es como un tejido amplio y maravilloso, en cuya trama cada hilo es guiado con infinita ternura por una mano cariñosa, y colocado a la vera de otro hilo, para ser sostenido y conllevado por otros mil.
Usted sentirá la dicha de leer este libro por primera vez, e irá adelantándose por entre sus innumerables sorpresas como en un sueño jamás soñado antes. Mas yo puedo asegurarle que siempre se vuelve a pasar con igual asombro a través de tales libros, sin que nunca lleguen a desprenderse de su poder prodigioso, ni pierdan nada del mágico encanto en que por primera vez envolvieron al lector. Es cada vez más intenso el deleite que nos brindan y más honda nuestra gratitud hacia ellos. De algún modo nos volvemos mejores y más sencillos en el mirar; se hace también más profunda nuestra fe en la vida, y en la vida misma llegamos a ser más venturosos, más nobles.
Luego debe leer usted el admirable libro que nos cuenta el destino y los anhelos de María Grubbe, así como las cartas de Jacobsen, las hojas de su diario, los fragmentos. Y, por último, sus versos, que aunque no muy bien traducidos, viven y vibran con resonancias infinitas. Le aconsejaría que cuando usted tuviera alguna oportunidad para ello, comprara la bella edición de las obras completas de Jacobsen, que contiene todo eso. Ha sido publicada una buena traducción en tres tomos por el editor Eugen Diederichs de Leipzig; creo que su precio es de cinco o seis marcos por cada tomo.
Desde luego, con su parecer acerca de Aquí deben florecer rosas, esa obra de incomparable finura y forma, tiene usted sin duda toda la razón contra quien escribió el prólogo. Deseo que desde ahora y aquí mismo quede formulado este ruego: lea lo menos posible trabajos de carácter estético-crítico: o son dictámenes de bandería, que por su rigidez y su falta de vida han llegado a petrificarse y a perder todo sentido, o bien tan sólo hábiles juegos de palabras, en que prevalece hoy una opinión y mañana la contraria. Las obras de arte viven en medio de una soledad infinita, y a nada son menos accesibles como a la crítica. Sólo el amor alcanza a comprenderlas y hacerlas suyas: sólo él puede ser justo para con ellas. Dese siempre la razón a sí mismo y a su propio sentir, frente a todas esas discusiones, glosas o introducciones. Si luego resulta que no está en lo cierto, ya se encargará el natural desarrollo de su vida interna de llevarle paulatinamente y con el tiempo hacia otros criterios. Deje que sus juicios tengan quedamente y sin estorbo alguno su propio desenvolvimiento. Como todo progreso, éste ha de surgir desde dentro, desde lo más profundo, sin ser apremiado ni acelerado por nada. Todo está en llevar algo dentro hasta su conclusión, y luego darlo a luz; dejar que cualquier impresión, cualquier sentimiento en germen, madure por entero en sí mismo, en la oscuridad, en lo indecible, inconsciente e inaccesible al propio entendimiento: hasta quedar perfectamente acabado, esperando con paciencia y profunda humildad la hora del alumbramiento, en que nazca una nueva claridad. Este y no otro es el vivir del artista: lo mismo en el entender que en el crear.
Ahí no cabe medir por el tiempo. Un año no tiene valor y diez años nada son. Ser artista es: no calcular, no contar, sino madurar como el árbol que no apremia su savia, mas permanece tranquilo y confiado bajo las tormentas de la primavera, sin temor a que tras ella tal vez nunca pueda llegar otro verano.
A pesar de todo, el verano llega. Pero sólo para quienes sepan tener paciencia, y vivir con ánimo tan tranquilo, sereno, anchuroso, como si ante ellos se extendiera la eternidad. Esto lo aprendo yo cada día. Lo aprendo entre sufrimientos, a los que, por ello, quedo agradecido. ¡La paciencia lo es todo!
 Richard Dehmel4: Con sus libros -dicho sea de paso, también con el hombre- me ocurre esto: En cuanto doy con una de sus bellas páginas, siento siempre temor ante la próxima, que tal vez pueda destruirlo todo y trastrocar lo que es digno de aprecio en algo indigno. Lo ha caracterizado usted muy bien con las palabras "vivir y crear como en celo". Así es: el vivir las cosas como las vive el artista se halla tan increíblemente cerca del mundo sexual, del sufrimiento y del goce que éste entraña, que ambos fenómenos no son, bien mirados, sino distintas formas de un mismo anhelo, de una misma bienandanza. Y si en lugar de celo se pudiera decir "sexo", en el sentido elevado, amplio y puro de este concepto, libre y por encima de todas las sospechas con que haya podido enturbiarlo algún error o prejuicio dogmático, entonces el arte de Dehmel sería grandioso y de infinito valor. Grande es su fuerza poética y tan impetuosa como un impulso instintivo. Lleva en sí ritmos propios, libres de prejuicios y miramientos, y sale brotando de él cual de montañas en erupción.

Sin embargo, no parece que esta fuerza sea siempre del todo sincera, ni esté desprendida de toda afectación. (Pero en ello, por cierto, está una de las pruebas más duras, impuestas al genio creador, que debe permanecer siempre inconsciente de su propia valía, sin sospechar siquiera sus mejores virtudes, so pena de hacerles perder su candor y su pureza). Además, cuando esa fuerza del poeta, atravesando tumultuosamente todo su ser, alcanza los dominios del sexo, ya no encuentra al hombre tan puro como ella lo necesitaría. Pues ahí no hay un mundo sexual del todo maduro, puro, sino un mundo que no es bastante humano, que solo es masculino; que es celo, ebriedad, juicios y orgullos, con que el hombre ha desfigurado y gravado el amor. Por amar meramente como hombre y no como humano, hay en su modo de sentir el sexo algo estrecho, salvaje en apariencia, lleno de rencor y malquerer; algo meramente transitorio y falto de contenido eterno, que rebaja su arte, volviéndolo ambiguo y dudoso. De este arte, que no está sin mácula y lleva marcado el estigma del tiempo y de la pasión, poca cosa podrá subsistir y perdurar. (Esto mismo ocurre con casi todo arte). No obstante, podemos complacernos hondamente en cuanto ahí hay de grande. Sólo hay que procurar no perderse ni volverse partidario de ese mundo dehmeliano, tan lleno de angustias infinitas, confusión y desorden, que dista mucho de los destinos verdaderos. Estos hacen sufrir más que esas tribulaciones pasajeras; en cambio, dan mayor oportunidad para llegar a lo sublime y más valor para alcanzar lo eterno.
En cuanto a mis propios libros, mi mayor gusto sería enviarle todos los que pudieran causarle alguna alegría. Pero soy muy pobre, y mis libros, una vez publicados, ya no me pertenecen. Ni siquiera los puedo comprar para darlos, como a menudo sería mi deseo, a quienes sabrían acogerlos con amor. Por esto le indico en una cuartilla los títulos y los editores de mis libros últimamente publicados -de los más recientes, se entiende, pues entre todos son ya unos doce o trece los que he dado a la imprenta-, y debo, estimado señor, dejar a su voluntad el encargar alguno de ellos, cuando se le presente la ocasión.
Me es grato saber que mis libros están con usted. Adiós.
Su  Rainer Maria Rilke

MUSEO NACIONAL DE ARTE ORIENTAL


El objetivo del Museo Nacional de Arte Oriental es la difusión del conocimiento de las culturas asiáticas, africanas y de oceanía entre el público, con el deseo de fomentar la comprensión entre los pueblos del mundo, a través de exposiciones de variada temática, conferencias, cursos, talleres, seminarios, visitas guiadas, espectáculos de música y danzas, proyección de documentales, etcétera.
Desde su creación, el 14 de julio de 1965, formó su patrimonio artístico sobre la base de compras directas, legados y donaciones de colecciones particulares y de embajadas de países asiáticos acreditados en nuestro país totalizando en la actualidad un patrimonio artístico de más de 3000 piezas. El Museo posee una biblioteca especializada consistente en 1500 libros, una hemeroteca con 2500 revistas y publicaciones periódicas y una videoteca con más de 150 documentales.
En el mes de julio de 1996 fueron concedidos en forma definitiva, para funcionamiento de la nueva sede del Museo, los edificios ubicados en la calle Riobamba 983-993 de esta ciudad, debiendo los mismos ser reciclados para tal fin. La apertura de los pliegos para la adaptación y adecuación edilicia se realizó el 14 de diciembre de 1998.

Contactos:

Dirección: Av. del Libertador 1902 1º Piso, Ciudad de Buenos Aires
Teléfono: +54 (011) 4801-5988
Correo electrónico: mnao@mnao.gov.ar

POESÍAS DE ALFONSINA STORNI


ALMA DESNUDA

Soy un alma desnuda en estos versos, 
Alma desnuda que angustiada y sola 
Va dejando sus pétalos dispersos. 

Alma que puede ser una amapola, 
Que puede ser un lirio, una violeta, 
Un peñasco, una selva y una ola. 

Alma que como el viento vaga inquieta 
Y ruge cuando está sobre los mares, 
Y duerme dulcemente en una grieta. 

Alma que adora sobre sus altares, 
Dioses que no se bajan a cegarla; 
Alma que no conoce valladares. 

Alma que fuera fácil dominarla 
Con sólo un corazón que se partiera 
Para en su sangre cálida regarla. 

Alma que cuando está en la primavera 
Dice al invierno que demora: vuelve, 
Caiga tu nieve sobre la pradera. 

Alma que cuando nieva se disuelve 
En tristezas, clamando por las rosas 
con que la primavera nos envuelve. 

Alma que a ratos suelta mariposas 
A campo abierto, sin fijar distancia, 
Y les dice: libad sobre las cosas. 

Alma que ha de morir de una fragancia 
De un suspiro, de un verso en que se ruega, 
Sin perder, a poderlo, su elegancia. 

Alma que nada sabe y todo niega 
Y negando lo bueno el bien propicia 
Porque es negando como más se entrega. 

Alma que suele haber como delicia 
Palpar las almas, despreciar la huella, 
Y sentir en la mano una caricia. 

Alma que siempre disconforme de ella, 
Como los vientos vaga, corre y gira; 
Alma que sangra y sin cesar delira 
Por ser el buque en marcha de la estrella.

LA CARICIA PERDIDA

Se me va de los dedos la caricia sin causa, 
se me va de los dedos... En el viento, al pasar, 
la caricia que vaga sin destino ni objeto, 
la caricia perdida ¿quién la recogerá? 

Pude amar esta noche con piedad infinita, 
pude amar al primero que acertara a llegar. 
Nadie llega. Están solos los floridos senderos. 
La caricia perdida, rodará... rodará... 

Si en los ojos te besan esta noche, viajero, 
si estremece las ramas un dulce suspirar, 
si te oprime los dedos una mano pequeña 
que te toma y te deja, que te logra y se va. 

Si no ves esa mano, ni esa boca que besa, 
si es el aire quien teje la ilusión de besar, 
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos, 
en el viento fundida, ¿me reconocerás?



ALFONSINA STORNI

AGENDA LITERARIA DE FIN DE JUNIO

GENTE DE LUNES

Todos los lunes de 17 a 19 h
Biblioteca William Morris. Güemes 4621 -CABA-
* Reunión del grupo "Gente de Lunes"
Coordinación: Silvia Mazar


GENTE DE LETRAS

Lunes 24 de junio 18 h
Bartolomé Mitre 1970, 4º "B" -CABA-
* Recordamos los 50 años de "Rayuela" de Julio Cortázar, hablará Martha Salas.


PRESENTACIÓN DE LIBRO

Lunes 24 de junio 18 h
Universidad John F. Kennedy. Estados Unidos 929 -CABA-
* "La villanía heroica" de Carlos Enrique Berbeglia (novela).
Presentan: Graciela Krapacher y Bertha Bilbao Ritcher.
Coordina: Graciela Licciardi
Enigma Editores

TALLER DE POESÍA
EDUARDO ESPÓSITO
Lunes de 17 a 19: Macondo Libros. Av. España 401. Gral Rodríguez. Tel: 0237 484-0276. Arancelado
Martes de 18 a 20: Librería García. Joly 2874. Moreno. Tel: 0237 462-1713. Arancelado
Jueves y viernes de 18 a 20: Casa de la Cultura. Dr. Vera 247. Moreno. Tel: 0237 462-2144. Gratuitos
Martes - 25
V FESTIVAL LATINOAMERICANO DE POESÍA

Martes 25 de junio 19 h
CC: de la Cooperación. Av. Corrientes 1543 -CABA-


PRESENTACIÓN DE LIBRO

Martes 25 de junio 19 h
SADE. Uruguay 1371 -CABA-
* "Arena y cielo" de Mabel Fontau (sonetos).
Presentan: Nélida Pessagno, Alfredo De Cicco y Miguel Marlaire.
Coordinación: Mario Cozzi
Georges Zanun Editores
Brindis.

Clínica de Escritura Poética
de la Biblioteca nacional


Miércoles - 26
V FESTIVAL LATINOAMERICANO DE POESÍA

Miércoles 26 de junio 18 h
CC: de la Cooperación. Av. Corrientes 1543 -CABA-


PRESENTACIÓN DE LIBRO
           
Miércoles 26 de junio 19 h
Biblioteca nacional. Agüero 2502 -CABA-
* "Cuarto oscuro" de Verónica Andrea Ruscio
Ediciones El Mono Armado.


"LETRAS & MÚSICA" EN BURLESQUE

Último miércoles de cada mes 20:30 h
Hipólito Yrigoyen 2150 -CABA-
* Invitados: Héctor Urruspuru - Alberto Boco - Juana Figueroa - Lili Meir.
Música en vivo.
Coordinación: Romina Funes


CICLO LITERARIO TÉ CON PALABRAS

Miércoles 26 de junio 18:30 h
SADE. Uruguay 1371, 3º -CABA-
* Escritores Invitados: Luis Calvo - Virginia Segret Mouro - Elisa Dejistani.
Ponencia: Luis Caravatti , en Catamarca"De la ciudad colonial a la ciudad moderna" a cargo de Marcia Lobo (Catamarca)
Ronda de lecturas.
Coordinación: Marta de Paris, Martha Salas, Graciela Bucci y María Paula Mones Ruiz.


POESÍA EN EL BRITÁNICO

Miércoles 26 de junio 20:30 h
Bar británico. Defensa 1500 -CABA-
* Leen: Marlos Drumond Villalba - Ramiro Pelliza - Susy Shock II.
Música: Daniel Mir, Severine Moser y Jor Pereyra (Tangos).


 CICLO DE CHARLAS

Último miércoles de cada mes 19 h
Café Tortoni. Av. de Mayo 829 (sala Eladia Blázquez) -CABA-
* "Poesía y libertad" por Raúl Vera Ocampo.

Taller Performático
-Poesía en acción-

En la Biblioteca Nacional
Los Miércoles 18 h
Coordinan:
Laura Szwarc y Susana Szwarc
susanaszwarc1@gmail.com


ABORDAJES POÉTICOS /
TALLER DE LECTOESCRITURA
Coordina: Sandra Pien


TALLER DE APOA
EN EL HOSPITAL MOYANO

Travesías Poéticas

Poesía Bilingüe
Francés/Castellano

ENCUENTROS DE LECTURA

Inicio: Jueves 25 de abril
6 Encuentros quincenales

Coordina: María José Eyras
Moreno 590
Inscripción:
mjeyras@gmail.com

Jueves - 27
V FESTIVAL LATINOAMERICANO DE POESÍA

Jueves 27 de junio 18 h
CC: de la Cooperación. Av. Corrientes 1543 -CABA-


PRESENTACIÓN DE LIBRO

Jueves 27 de junio 18:30 h
Bar Lavalle. Rodríguez Peña y Lavalle -CABA-
* "Latidos" (en prosa y verso) de Ricardo Luis Plaul.
Presenta: David Sorbille

           
CONCURSOS LITERARIOS 2013
SADE Surbonaerense


TEAGRUPO

La Scala de San Telmo
Poemas de Jorge L. Borges
Viernes de mayo y Junio - 21 h
Pasaje Giuffra 371 -CABA-
$60 /2x1
J. y E. $30
Viernes - 28
V FESTIVAL LATINOAMERICANO DE POESÍA

Viernes 28 de junio 18 h
CC: de la Cooperación. Av. Corrientes 1543 -CABA-


CICLO "TICHERS"

Viernes 28 de junio 21 h
La Libre. Bolívar 646 -CABA-
* Poeticando junto a Gaby Bex y Carlos Castro.
Coordina: Daniela Andújar
Entrada libre.

PRESENTACIÓN DE LIBRO

Viernes 28 de junio 21 h
SADE. Uruguay 1371 -CABA-
* "El musgo y la calma" de Amalia Mercedes Abaria.
Presentan: Graciela Maturo y Alejandro Drewes


MALDITA GINEBRA

Los Viernes 23 h
Casa del Papacho. Av. Corrientes 3416 -CABA-
* VOLVEMOS (los ex-ginebreros), Y SEREMOS SILLONES ¿NOMBRE? de momento: "FILOSOFÍA Y TETRAS" (de la UVA)... la misma bosta pero con distinto olor.


PRESENTACIÓN DE LIBRO

Viernes 28 de junio 18:30 h
Casa Cultura Circ. Médico Lomas de Zamora -Lomas de Zamora-
* "Latidos" (en prosa y verso) de Ricardo Luis Plaul.
Música


LOS POETAS DEL ENCUENTRO


2º y 4º viernes de cada mes 19:30 h
Biblioteca Popular Diego Pombo. Calle 70 Nº 3357 (ex La Crujia 473) -San Andrés, Ptdo. San Martín., Pcia. Bs. As.-
* Rondas de Poesía - Música y Canto.
Música
Entrada libre y gratuita.

           
"Rosa brillando" obra de teatro sobre la poética de Marosa Di Giorgio.
Los domingos 18 h
Querida Elena. Pi y Margall 1124
(Av Patricios al 100, pque. Lezama)-CABA-

Interprete: Vanesa Maja
Música en vivo: Andrés Fayó
Dramaturgia: Vanesa Maja y Juan Parodi
Dirección: Juan Parodi
Reservas:
rosabrillando@gmail.com

http://rosabrillando.
blogspot.com


Sábado - 29
V FESTIVAL LATINOAMERICANO DE POESÍA

Sábado 29 de junio 17 h

CC: de la Cooperación. Av. Corrientes 1543 -CABA-

domingo, 23 de junio de 2013

LIBRERÍA EL GLYPTODON: Un rincón de Buenos Aires

En la calle Ayacucho, frente al antiguo palacio de Obras Sanitarias,  que en realidad es una fachada de un tanque de agua de la ciudad, se encuentra una librería de libros usados y antiguos. Su  propietario, Alejandro López Lecube, le abre a La Cruda Verdad del Alma su edén de papel, letra impresa y porque no, olor a viejo.
Como su nombre lo indica, El Glyptodon, parece un animal extinguido de estas tierras que sobrevive en este paraiso perdido.


 Nos comenta don Alejandro que el nombre se lo puso debido a su admiración por Ameguino, y que este tuvo una librería hasta aproximadamente 1920 en Av. Rivadavia al 800, que en esa época correspondía a la altura del 2200, coincidiendo con Ayacucho.
.
 





Rememorando su vida, nos cuenta que fue maestro rural en un pueblito de los esteros del Ibera, dándoles clase a los hijos de los peones,   comunicándose  con ellos entre guaraní y castellano, y que los estancieros, debido a sus técnicas poco ortodoxas de enseñanza, lo hicieron meter preso, esposado.
Se define  irónicamente como un ropavejero de los libros, y nos cuenta algunas curiosidades de las antiguas librerías de la ciudad, como que por ejemplo, en la época de Mitre las mayoría de las librerías tenían propietarios judíos, de ahí lo de ropavejero, y que existía una que llamaban “ del vuelto atrás” que escondía un prostíbulo.
Sus inicios en el ramo fueron como vendedor de libros en Codex hasta que por el año 1965 instala su primera librería en la calle M.T. de Alvear.
Hoy tiene en su catalogo libros del siglo XVIII y XIX y supo tener uno de 1516.
Despidiéndonos ya de Don Alejandro, nos deja la impresión que es un hombre que ama los libros por lo que contienen y por las curiosidades que le deparan, mas allá de su valor monetario.

RICARDO COPLAN