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martes, 3 de junio de 2014

Charlando con Zaiat sobre su libro “Economía a contramano”

Zaiat: “Es importante que la sociedad pueda debatir la economía”

El economista Alfredo Zaiat  dijo que “la sociedad busca otras respuestas a los debates” y que su objetivo era acercar conocimientos básicos de economía para que la gente “evite ser engañada por la sucesión de falsos técnicos neutrales“. El dólar y el rol de los especuladores financieros.

Zaiat“La economía es política”. Así comienza –y mantiene como eje– el último libro de Alfredo Zaiat, Economía a contramano, que tuvo hace diez días una Jefa de Prensa excepcional: en Cadena Nacional, la presidenta Cristina Fenández de Kirchner recomendó el trabajo del economista y columnista de P/12, editado por Planeta en 2012 y ya se anuncia la segunda edición.
En parte por este hecho y en parte por la creciente necesidad de la población de comprender lo que durante tantos años se intentó presentar como incomprensible, el de Zaiat se transformó la semana pasada en el libro de no ficción más vendido.
El éxito fue tal que la editorial ya encargó una segunda y una tercera edición. En diálogo con INFOnews, el economista contó sus sensaciones, explicó los motivos que lo llevaron a escribirlo y analizó la situación del mercado cambiario.
INFOnews: ¿Te sorprendió la noticia?
Alfredo Zaiat: Sí, totalmente. Hay algo subterráneo en la sociedad argentina de búsqueda de otro tipo de miradas, de respuestas a debates. Estoy sorprendido gratamente por ese interés. Digo gratamente porque mi objetivo es precisamente que la economía pueda ser entendida por todos y no quede en ese mundo cerrado de los tecnócratas o de los economistas que circulan por los medios con una jerga técnica que encripta el conocimiento. Quería hacer algo sencillo de lo que es sencillo. No complicar lo sencillo.
IN: Un libro de divulgación, como en su momento hicieron algunos historiadores.
AZ: Claro, o como Adrián Paenza con las matemáticas. Es muy importante que la sociedad pueda apropiarse de conocimientos básicos de la economía para entrar en un debate, e ingresando en ese debate, evitar ser engañado como históricamente fue por la sucesión de estos falsos técnicos neutrales, presentados como los “economistas que saben lo que hay que hacer porque saben lo que va a pasar”, lo cual es también una falsedad.
IN: En la introducción y en el primer capítulo decís que la economía tradicional analiza las consecuencias de los modelos económicos fallidos pero no a los responsables. ¿También buscabas eso, mostrar quiénes son los responsables de las “tragedias” económicas?
AZ: Sí, fundamentalmente incorporar a otros sujetos sociales en el análisis del saber económico que en general son ocultados. Un ejemplo puede ser el tema de la inflación, donde hacen aparecer al Estado y a los trabajadores.
El Estado es culpable porque emite o porque gasta mucho y los trabajadores porque tienen aumentos salariales. Pero hay un tercer protagonista que está afuera del debate, y que es tan crucial para la economía argentina, que son las empresas.
Resulta extraño un análisis del aumento de precios ocultando cómo operan y cuáles son las condiciones en las que trabajan las grandes empresas que tienen posiciones dominantes en mercados sensibles, como el de alimentos, donde hay empresas que hacen abusos de esas posiciones para tener tasas de ganancias elevadísimas.
ZaiatlibroFue el libro de no ficción más vendido.
Los dos primeros capítulos del libro de Zaiat están dedicados a “la economíacomo ciencia y a “los economistasde tradición liberal que se formaron con la escuela neoclásica.
El conductor de Cheque en blanco plantea la relectura de los clásicos como Adam Smith, David Ricardo, Karl Marx y John Maynard Keynes, y analizar los procesos económicosa contramano”, para descubrir la falacia de la doctrina neoliberal que la dictadura cívico-militar de 1976 intentó instalar, incluso cambiando el nombre de la carrera de la UBA, que pasó de llamarse Licenciatura en Economía Política a Licenciatura en Economía, a secas.
Luego, se adentra en el mundo del dólar y la fuga de capitales, donde da cuenta de las seis corridas cambiarias que sufrió Cristina Kirchner durante su gobierno, y los motivos que llevaron a los controles sobre el mercado de divisas para atesoramiento.
IN: ¿Por qué la cantidad de dólares per cápita creció de 1.300 a 2.000 los últimos cinco años, a pesar de que incluso los economistas neoliberales desaconsejaban ahorrar en esa moneda?
AZ: Creo que hay un par de factores. Uno es que permanentemente se ha instalado la eventualidad de una “crisis inminente” para la economía argentina.
Esto a partir tanto de análisis realizados por bancos o consultoras del exterior como por el grueso de los economistas mediáticos en Argentina.
Entonces la reacción inmediata de un sector de la sociedad con capacidad de ahorro es preservar ese capital en dólares.
Segundo, es que existía un régimen ultra liberal de acceso a la moneda extranjera.
Por consiguiente la forma de preservarse o de buscar refugio para capitales que no estaban declarados, o porque apostaban a una devaluación, fue con el dólar.
IN: En el libro publicás también los montos de las seis corridas que sufrió el gobierno de Cristina Kirchner. La última fue la más grande, de 17.500 millones de dólares. Las otras, de menor escala, se habían paliado utilizando mecanismos Banco Central. ¿Creés que en este caso fue necesario el control a la compra de dólares porque la corrida fue realmente importante?
AZ: Y porque la tendencia que había en esos meses previos a noviembre del año pasado llevaba a que en pocos meses las reservas hubiesen bajado sustancialmente y el desenlace no hubiese sido otro que una devaluación.
Esas medidas de control y administración de moneda extranjera fueron fruto de la emergencia y de la urgencia por parte del gobierno. No había otra alternativa.
Si no, había que devaluar, hacer un ajuste fiscal muy fuerte o buscar un endeudamiento externo con tasas de interés muy altas que hubiesen significado una hipoteca inmensa para la economía argentina, como sucedió desde los años 70 hasta que estalló en 2001.
IN: Los economistas liberales repiten permanentemente que el tipo de cambio está atrasado, ¿considerás que es así?
AZ: No, no creo que esté atrasado. No está en los niveles de tipo de cambio real que hubo a la salida de la megadevaluación, ni del 2005, ni del 2007, ni del 2010, pero un tipo de cambio real se tiene que medir no solamente en relación a los precios internos sino que el tipo de cambio real, pensado en términos de la producción y no de la especulación funanciera, se mide con el salario real en dólares en comparación a tus principales socios comerciales, el tipo de cambio bilateral y multilateral con ellos, la productividad laboral de la economía argentina y del sector industrial exportador, la balanza comercial (si sigue siendo superavitaria y teniendo competitividad externa), cuál es la situación externa de cuenta corriente (si sigue siendo neutral o levemente negativa) y el stock de deuda y el cronograma de vencimientos, que es cuando necesitás divisas.
Todos esos indicadores no muestran un atraso del tipo de cambio real.
La competitividad de la economía argentina, para evitar las crisis cíclicas, hay que seguir manteniendo un tipo de cambio competitivo pero a la vez empezar a buscar la competitividad a través de otro tipo de instrumentos, como mejoramiento de la logística, mejoramiento del transporte, del sistema tributario, de los canales de comercialización, de la capacitación del trabajador para incrementar la productividad.
La devaluación implica un shock inflacionario y pérdida de la capacidad adquisitiva de los sectores más vulnerables, que tienen ingresos fijos.
IN: ¿Por qué creés que hay sectores que piden constantemente una devaluación?
AZ: Una fuerte devaluación. Hay que precisarlo: lo que reclaman es una fuerte devaluación. Porque la moneda nacional se está devaluando, a un ritmo anual del 15 o 16 %. Devaluación hay, lo que pasa es que hay varias intenciones.
Una es tener una caída muy fuerte del salario real y por otro lado buscan tener un incremento patromonial en moneda dura los que acumularon dólares.
También hay un aspecto político: deteriorar la legitimidad política y social del gobierno.
ZaiatcrisCristina recomendó su lectura.
A lo largo del resto del libro, Zaiat ahonda en temas como la manipulación de estadísticas (y no por parte del Indec, precisamente), la inflación y los formadores de precios, el poder financiero –espada de damocles de muchos gobiernos del mundo–, la deuda, el Estado y la burguesía.
Retoma la hipótesis inicial y busca encontrar a los responsables de las crisis, no únicamente a analizar los efectos de las mismas. En esta tarea, el columnista de P/12, lejos de ser timorato, señala a muchos responsables con nombre y apellido.
Algunos defensores de los intereses que hay detrás de la especulación financiera suelen ser hombres de escaso tino para predecir el futuro de la economía pero de una alta exposición mediática.
IN: ¿Por qué, a pesar de las predicciones fallidas, muchos economistas no pieden prestigio y siguen siendo invitados a programas de televisión o escribiendo columnas en los grandes medios?
AZ: Es un gran misterio. Deberían responderlo quienes todavía los siguen convocando. En realidad lo que sucede es que en última instancia no importa si aciertan o no en sus pronósticos, sino que en este momento son parte de un dispositivo de difusión de ideas o de presión de grupos del poder económico. Para traducirlo: lobbystas del establishment.

Fuente: Infonews